El Morya

Por el Amado Maestro El Morya

Si el hombre hiciera un esfuerzo para asegurar su pan diario, tan pequeño, como el que hace para adquirir el conocimiento espiritual, las autopistas del mundo estarían sembradas con los cadáveres de aquellos que murieron de hambre y privación. ¡El esfuerzo por el cual el hombre asegura la satisfacción de las necesidades de su cuerpo es muy loable, en cambio el esfuerzo que usa para pedir por la salvación espiritual es tan lastimoso!

A ningún hombre se le puede negar la gracia ante el trono de Dios, si él elige condensar, dirigir y proyectar su aspiración hacia cualquier Ser en los Reinos Celestiales, pero es triste decir que la oración espiritual promedio, no se eleva más alto que el penacho de cabello que se alza sobre el cuero cabelludo del solicitante.